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Quienes somos

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Mi nombre es Jorge y el nombre de mi esposa es María Pía.

Viaggio in India

A las 5:30 pm el 03 de noviembre 2007, mi mujer y mi vida cambió de repente. Después de un golpe involuntario con un adversario, nuestro único hijo Simone, de 18 años, murió durante un partido de fútbol en la categoría "juniors" en donde tenía él la posición de arquero. No valieron nada los auxilios médicos, que según testigos llegaron tempestivamente, dado que el golpe recibido en pleno pecho hizo que el corazón dejara de latir, todo en el espacio de pocos minutos.  “Estrés del nervio vago” fue el veredicto de los médicos.

Simone era un muchacho sano en todo sentido. Detestaba las drogas, amaba la vida y los amigos, la familia, y el fútbol... su unica inmensa pasión. Veía todo como un bello juego y esto le costaba frecuentemente la irritación de algunos profesores más severos.  Era leal y justo, tanto que prefería la rigidez incómoda de algunos profesores a la equívoca elasticidad de otros.  Era tímido con las muchachas, expansivo con los amigos y reservado en casa, pero no dejaba de abrazarnos y besarnos todavía, como hacía de niño.

Era seguramente él mismo, en toda acción suya.

Su partida prematura e inaceptable de nuestra vida  metía frente a dos opciones:  Encerrarnos completamente en nosotros mismos, en nuestra desesperación, y pasar el resto de nuestras vidas llorando delante de su fotografía, o abrir nuestro corazón herido y vaciado, a la transformación de este inmenso dolor en algo útil para los que sufren. Estamos tratando de salir con esta segunda oportunidad.

Partimos para la India el 20 de diciembre de 2007, por razones obvias, para evitar pasar la Navidad en Italia, con toda la intención de empezar a gastar el dinero recaudado durante su funeral (en lugar de flores), la creación de pequeñas áreas de juego en las ciudades con las cuales yo estaba familiarizado.  En realidad, en muchos de estos lugares, los niños rara veces tienen un lugar donde poder jugar y pasar un buen rato, y muy a menudo no saben cómo jugar con otros niños.

Mi trabajo de guía turístico,  del cual me ocupo desde que tenía 19 años, me ha llevado a recorrer el mundo a lo largo y a lo ancho, dándome la gran oportunidad de ver varios  orfanatos y escuelas, que necesitan este tipo de intervención urgente, pero nos encontramos  con otros problemas. Antes de pensar en el aspecto del juego sin alguna duda muy importante, pensamos que debíamos resolver unos problemas más urgentes, como poner  baldosas en algunas habitaciones, pintar los dormitorios,comprar  sillas de ruedas para niños discapacitados,  comprar equipos para la cocina o unas lámparas de emergencia para cuando no hay electricidad y los niños tienen miedo a la oscuridad, etc, etc.   Por último, logramos tambien crear un pequeño parque de juego, y la alegría que brotó de los ojos de tantos niños nos ha liquidado de todos los sacrificios.

Así comienza “Smiling Angel”.

Smiling Angel través de toma de conciencia de cómo están realmente las cosas, de lo que hay que hacer realmente. Una Asociación sin fines de lucro que testimonia la voluntad de intervención en este mundo, a favor de los niños que no tienen la oportunidad de vivir las normales experiencias que se pueden presentar a cualquier persona, como jugar, sonreír, correr e incluso dormir sobre un verdadero colchón ... y luego aprender, estudiar e interactuar ... Todas estas cosas son excepcionales para muchos niños que viven en los orfanatos y otras estructuras similares de alojamiento en Agra, donde hemos comenzado a operar, como en muchos otros lugares en la India y en todo el mundo.

Nuestro principal objetivo no es dar a estos niños alimentos o un techo, simplemente nos gustaría que estos niños pudieran  crecer como nuestros niños, jugando, sonriendo, estudiando, incluso en lugares donde educación y desarrollo parecen ser unicamente  palabras vacías e inútiles. Sabemos que de esta manera, se puede hacer mucho y mucho se puede cambiar, lo experimentamos  y todavía lo seguimos haciendo todos los días, desde aquel diciembre de hace tres años. 

Y quiero añadir algo más. Estoy convencido de que si no hubiéramos perdido a nuestro hijo, tal vez esta Asociación nunca habría nacido... y me pregunto si Dios no hubiera querido golpearme fuertemente en la espalda para captar mi atención…

Tal vez Simone no murió en vano.


Viaggio in India